DESGASTADO LAPICERO


Rojo es el lápiz, mejor dicho, era el lápiz con que escribo mis versos...
Ahora está desgastado y descolorido por el uso, supongo que un poco como yo...
Está algo mordisqueado por detrás y con la punta poco afilada, y es que nunca me gustaron los paralelismos que implicaba el hecho de afilar la punta hasta que fuera un arma; me veo con el sacapuntas como un guerrero paseando su espada por la piedra de esmeril, y a la hora de escribir me entran ganas de ser mordaz, irónico, quizás dañino... pero el caso es que me voy suavizando a medida que la punta se redondea.

Parecerá una tontería pero soy un tío de costumbres. Me defino con pequeños detalles que hago míos, y me amoldo a la tiranía que impone el asumir unas costumbres como algo propio. Bueno, de hecho me amoldo a casi cualquier cosa que pasa por mi vida haciéndola propia... ya sea buena o mala:

"Desayunar café al mismo tiempo que saboreo el primer cigarro del día; acabar el día tomando media pinta de cerveza negra en mi taberna irlandesa favorita; pasear escuchando música en mi reproductor antes de regresar a casa; usar gorra cualquier día que no sea sábado; escribir versos, canciones o reflexiones en servilletas de bares; pensar en lo que más daño me haga en ese momento; querer tus besos de sal; desear dormir con tu compañía parando el tiempo a cada segundo; jamás usar camiseta con zapatos...
...y por supuesto, usar mi lapicero favorito cuando de verdad siento la necesidad de expresarme."

¡Cuántas confidencias y momentos guardamos!... infinidad de bocetos, conflictos, pesares y secretos.
Quizás por eso últimamente le engaño con un portaminas verde ( un viejo compañero de carrera, siempre fuimos juntos a la misma clase ) o con cualquier bolígrafo que me presten en el bar... porque no quiero gastarlo del todo.

No quiero que se agote y tener que sustituirlo por otro nuevo que seguro no me gustará igual, ya veis que estupidez.
Necesito definirme tanto que me dan pánico hasta las pequeñas cosas que impliquen y simbolicen cambios de etapa...

Bueno, por eso este azul homenaje a mi rojo lapicero, historia cifrada que me ayuda a sacar bastantes cositas y a dejar constancia de mis miedos y limitaciones.

Me gustaría dedicárselo a "Quasimodo", o más conocido como el ovetense príncipe de las tinieblas, compañero de desdichas y ocasional visitante del blog. Por sus visitas, sus comentarios y por compartir mismo camino... ánimo y cualquiera que fueran tus infortunios aquí tienes a otro aprendiz de la vida con que compartir sueños y derrotas.

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