No me quejo...o sí lo hago,
depende de si hoy florece
un cardo en un rincón,
o es que si fuera que fuese
un cobarde del montón.
También depende del clima,
inclemente o soleado,
o si es que me viera en la cima,
o del todo derrotado...
"Callejón sin salida
de lágrimas sin sal,
gastadas por mil heridas
sufridas al batallar..."
Resumo así en una frase
todo lo que es mi sentir,
toda la disposición
que hoy y aquí...pude reunir.
Deslumbrado en mi oasis de fe ciega y ansias de amor y comprensión, abatido me hallo de nuevo.
Sufro sin medida como en el escondite..."por mi y por todos mis compañeros",
y al final...acabo resignado, rendido al dolor y la disculpa.
Un dolor que no deseo y hago mío como gran merecedor del "premio a la mejor trayectoria", aunque una parte de mi sorprendentemente se niegue a encajarlo gustosa por (veréis que estupidez) pensar que me merezco algo mejor(¿?) ...sigh!
Y una disculpa constante por ser como soy y sentir como siento desde el fondo de mi corazón...conmigo mismo, con el resto, con mi pasado, con mi no-futuro.
Siento, pienso y callo...y no quiero tener miedo.
Estoy muy cansado de equivocarme y perder, y sé que una vez acabe el espejismo que me rodea...todo tocará a su fin.
Pero ya no tengo miedo al final...ya morí por dentro hace tiempo y sólo soy un triste comparsa de una agonizante historia que no alcanzaré a entender ni a perdonar jamás, fruto de mis sueños...y al fin y al cabo fiel reflejo de lo que es mi vida.
Se me paró el reloj en alguna parte, y llevé tan mal los tiempos en todo...que es inútil conversación, sentimiento, razonamiento o explicación porque al fin y al cabo, todo será a destiempo.
Sólo confío en mi presente y en la auntenticidad que siempre me dio el ahora, en lo que viví como real y especial, y en lo que me dicen mis sentidos... ¡no es posible estar equivocado en todo!...
y desconfío del bien, del mal, la moralidad y las mil y una excusas que nos da el entorno en forma de dolorosa traición.
En definitiva...vivo y sufro como escojo, y soy el único responsable de las consecuencias que ello acarree.
Y en un triste día como hoy, no se me ocurre mejor canción que "Contigo aprendi" de Armando Manzanero, ese genio del bolero, para regar con ironía la pena que hace tanto tiempo anidó en mi pecho.
Subo la versión del trío los Panchos, que personalmente junto con la versión de José Feliciano, es la que más me gusta.
PD:Como veréis también me gusta la música en castellano...y sí, soy incalculablemente friki.
1 aprendices comentan:
The unsuspecting victim of darkness in the valley
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