ESTADOS


La triste indefensión en que te dejan las corazas, tan largamente creadas con esfuerzo y tesón, es apabullante en días como hoy.
Constantemente me reafirmo en versos, canciones, reflexiones...suelo hablar de que la vida me puede en muchas ocasiones, últimamente más de las que me gustaría y con una frecuencia insoportable, pero es en estos días cuando realmente valoras la magnitud de la soledad en que te ves sumido...
Es un día en que no dejé de hacer cosas sólo por el mero hecho de no estar quieto, de no pensar, de no dar una oportunidad a todo lo malo que hay en mi de salir... y al final llegas a casa más vacío que nunca, dándote cuenta que nadie te conoce... que nadie sabe leerte, que no existe esa palabra de aliento que esperas, que no hay persona en el mundo capaz de arrancarte de tu triste isla de vacío y soledad, capaz de arrancarte las palabras que tienes miedo a sacar.
Que por el contrario, ha sido titánico el esfuerzo hecho para que nadie note que te ahogas a cada segundo, has muerto por hacerte cercano, por participar de buen grado e interesarte en problemas y vicisitudes que no hacen sino agobiarte más por la empatía que sientes por los que te rodean y quieres...
Tiempo de recuerdos...de tiempo perdido, de personas que se fueron como llegaron habiéndose llevado lo mejor que guardabas dentro despreciándolo,de equivocaciones, de ironía, cinismo... tiempo de martirio.
Sólo entiendo la vida sintiéndome vivo y puro a cada segundo, segundo lastrado por los anteriores...irónica dicotomía, ¿verdad?
¡Ay lucero!... el más bonito de los que pueblan mi cielo...a la vez tan cercano y tan lejos. Son tantas las ganas de gritar al viento todo aquello que guardo muy muy dentro, de darme una oportunidad y simplemente ser y hacerte feliz... agonizo con el tiempo, languideciendo en la indiferencia. Sé que no existe palabra o gesto que te haga acercarte, y por ello muero por dentro...
Ya no encuentro consuelo...pues ni tú eres mi baluarte.
¡Cuánto vacío en el camino! Espero que mañana sea otro día; otro en el sentido de diferente, ni siquiera ruego que sea mejor...
Algún día seré tan fuerte como debiera y creceré hasta tocar el cielo con los dedos, o al menos me gustaría soñar que será así... aunque tengo claro que aquí y hoy, está visto que no.

1 aprendices comentan:

Anónimo dijo...

Solo muy de vez en cuando y unicamente en momentos en los que te sientes muy seguro, es imprescindible quitarse esas corazas. Si no lo haces corres el riesgo de que un día se oxiden y ya no puedas quitartelas jamás.Es entonces cuando te enfrentas al peligro de no encontrarte nunca más.
No veas la soledad como una tortura, sino como un espacio de tiempo en tu vida para explorarte y conocerte, para saber entenderte y para quererte. Vendran otros días para compartir soledades y te prometo que serán muy, muy felices.

Huy¡, siento que este comentario me haya quedado tan paternalista. Solo es una manera de decirte que te entiendo y de darte un poquito de animos desde el sur.

Un abrazo