A menudo
intento descubrir más
matices de mi fuera,
en los demás,
que inmerso en una profunda reflexión.
Avanzo
dejándome arrastrar por la corriente
incostante
que dirige mi vida,
como si de un peso muerto me tratara,
a la espera
de lo que depare el futuro...
No disfruto....
apenas si soy consciente de
que el tiempo pasa,
y no aprovecho los mil y un detalles que me brinda el ahora
para, de nuevo,
fingir tomar el rumbo de mi vida.
Sólo existe tiempo para la
resignación,
melancolía,
autocompasión,
pesimismo...
Y cíclicamente
siempre vuelvo a ti...
ora te culpo de todos mis males,
ora te espero y añoro con todas mis fuerzas. [...]
Y en medio de
esta vorágine de contradicción
que anula mi ser,
aguardo a remolque
recobrar fuerzas, pleno de egoísmo,
admirando
(por qué no decirlo)
mi bello ombligo.
1 aprendices comentan:
Sí, señor. Bello ombligo. Bien titulado. Me gustó... pero en serio te apuntas a la cosa esa que me voy a inventar para que los blogs dejen de ser tan patéticos?
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