...Y llegó el día...
Aunque luché denodadamente porque nunca llegara, el hecho es que no valieron mis deseos ni temores, pues finalmente aquí está.
Ahora comienza un periodo de mi vida más difícil e incierto, pero tengo ganas de ver hasta donde puedo llegar luchando contra mis demonios. Sí, tengo miedo...pero estoy convencido que nada de lo que venga puede superarme más de lo que ya me he visto rebasado en otras ocasiones... en cierta forma me siento frente a un reto y, aunque no lo deseo,sí es cierto que me veo dispuesto y reafirmado y con ganas de ver hasta donde puedo llegar.
Siempre supe que iba a llegar, y es irónico darme cuenta de cuánto intenté retrasar este momento. ¿Dónde quedan todas las horas y horas de agonizante autoflagelación... todas las lágrimas vertidas, los versos, canciones... todo el cariño y buenas intenciones, el aliento y comprensión...? Como una hoja arrugada...en la papelera.
No sé si mi cabeza está tranquila, pero tengo claro que mi pecho y mi sentir sí lo están.
De nada sirve ahora revivir todo lo acontecido y lamentarse de lo mucho que pude haber hecho, de cuántas cosas podrían ser diferentes, si debería haber luchado tensando la cuerda... no me atreví al órdago que suponía el todo o nada.
Purgo los pecados de mi pasado, y la esperanza me acompañará como un faro de ilusión en mi camino.
Recojo los pedazos de mi fracaso y espero que algún día no aburra, no incomode y no sea un eterno recordatorio de algo que hay que enterrar y que nunca debió pasar...lo espero y deseo porque yo no lo siento así.
Sólo sé ser como soy, y sentir como siento...y ahora que llegó la hora, la incertidumbre me domina...

2 aprendices comentan:

Anónimo dijo...

Y allí, llegó Conan, el Cimmeriano, cabello negro, adustos ojos, espada en mano, ladrón, asaltante, asesino, de grandes tristezas y grandes alegrias, preparado para pisotear con sus pies calzados con sandalias los enjoyados tronos de la Tierra."
Las crónicas Nemedias.


Los retos estan para vencerse,
los desafios para conquistarse,
los miedos para ser superados,
los sueños para ser añorados,
perseguidos,
y finalmente:
alcanzados

Delkhan dijo...

La vida es pintar garabatos de arena que, bien el agua, bien el viento, tienden a borrar. Y por muy violentos y profundos que sean esos zarpazos en nuestra piel, la marea los sana siempre. No hay que tener prisa, ni hay que arrepentirse de lo dicho, hecho, porque es el mayor error.